martes, 12 de noviembre de 2013

A sangre fría


“el caso Clutter fue, seguramente, el primero de los numerosos crímenes horribles, aquellos asesinatos masivos que acompañaron a los asesinatos políticos...Quizá por primera vez Capote percibió como una sociedad se definía a sí misma en relación con sus crímenes, con su capacidad para asesinar”.

La primera valoración es que me ha gustado mucho el libro (no se si será  deformación profesional).
A lo largo de todo el libro llama la atención la riqueza narrativa de Capote, capaz de trasladarnos al mismo lugar en el que ocurre el crimen, de adentrarnos en la sociedad americana  más rural y recóndita, de describir lugares con la misma riqueza de matices y detalles que describe los personajes y su personalidad y sentimientos mas íntimos.
Primero prepara el camino retratando la vida común, ordinaria, alejada de cualquier sobresalto de la familia Clutter.Creo que cualquiera de nosotros, con matices, podríamos identificarnos con esa familia .Para colmo todos sus componentes, en particular el cabeza de familia y su hija, parecen adornados de enormes cualidades que les hacen a nuestros ojos entrañables y que provocan aun si cabe una mayor repulsión a tan violento crimen.
Llevan vidas apacibles ,ayudan a sus vecinos ,son envidiados y queridos a la par ,y un buen día ,sin que nada haga presagiar desenlace tan fatal, su vida acaba de forma brutal ,inesperada ,al tiempo que absurda.
Esto en mi opinión conecta con la fragilidad de la vida y nuestra exposición constante a riesgos, ni siquiera sospechados por nosotros, que reflejan lo mutable de las circunstancias, de tu propia realidad e incluso existencia.  
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Por contraposición se nos expone a dos personajes en principio despreciables que de forma casi casual y absurda acaban con la vida de toda una familia.

A pesar de que los investigadores tratan de buscar una explicación “lógica “al brutal crimen, la realidad se impone a lo largo de las paginas del libro.
Lo más difícil de comprender es el absurdo, la acción sin causas ni móviles ni beneficios, lo poco pensado, la perversión, y en este caso, el "asesinato sin motivos aparentes", quizás por esa tentación constante que acompaña a la naturaleza humana de saber, buscar el porque de las cosas.
Resulta relevante, al tiempo que brillante narrativamente hablando , la simbiosis delictiva que se establece entre Dick y P,erry y sus victimas y a su vez entre ellos mismos , así como la extraña manera de elegir a sus víctimas por las descripciones de un compañero de prisión de ambos, que se convierte en el único medio para identificar a los asesinos.
Ambos despliegan un amplio catálogo de perversiones (baste el ejemplo de los abusos sexuales de Dick y su afición a los menores de edad), no manifiestan conciencia, arrepentimiento, o cualquier emoción empática, propia por otro lado de las personalidades psicopaticas.
Resulta sorprendente el giro final del libro cuando la evidencia se impone a la intuición o previsión .A lo largo de todas las paginas del libro ,desde la ideación del delito y la descripción de las personalidades de los asesinos ,Perry parece un ser mas conectado a las emociones ,incapaz de ejecutar tan macabro plan ,casi abocado a ello por la personalidad arrolladora de Dick, llegando incluso a parecer por momentos que es una victima del anterior ,resultando que al final es el ejecutor de la familia y que sus aparentes emociones ,su percepción de la perversión y maldad de Dick no son sino fruto y reflejo de su propia enfermedad mental ,que no de una sensibilidad (antesala de ello son sus ideaciones a cerca de sus hermana y la posibilidad de que ella hubiese sido la habitante de la granja ).
Comencé al principio de mi comentario hablando de la deformación profesional y es que la descripción de las circunstancias personales, familiares y sociales de los asesinos recuerdan, y mucho, a los informes del equipo técnico de la Jurisdicción de menores.
La importancia de la familia, de los valores que solo ella puede transmitir y la seguridad que al individuo proporciona, por contraposición al efecto devastador que genera la desafección familiar o la exposición y sobreexposición a la violencia y degeneración durante nuestra edades mas tempranas, van inevitablemente unidas a la trayectoria vital del ser humano, al respeto, o a la trasgresión de la norma  (de todo esto es un claro ejemplo Perry).
Por el contrario la casualidad y la causalidad de Dick, querido por su familia, con opciones en el mundo educativo y laboral, revelan la importancia de una buena elección en aquellos que tienen una alternativa y las consecuencias nefastas que genera lo contrario.
La hipocresía de la sociedad en general, la desconfianza, el sistema penitenciario americano, la descripción del corredor de la muerte, la incertidumbre de los que se encuentran en el mismo son también temas tratados en el libro.

En definitiva que el libro me ha encantado tanto narrativamente hablando, como por las emociones  que provoca.

Montse, Las Palmas GC diciembre 2013

1 comentario:

CLUB DE LECTURA MACONDO dijo...

La primera vez leí A sangre fría tenía 20 años y quedé muy impresionada por su originalidad. Por la viveza y plasticidad de la presentación de los hechos y de su impacto en la vida de Holcomb y en cierto modo, de todo el país. Pero sobre todo, por la óptica amoral del autor y por la manera en que se centraba en su propia obra y su relación con los autores del crimen.

36 años después, los lectores hemos cambiado mucho. La novela sigue siendo interesante pero su estilo periodístico ha sido tantas veces reproducido en novelas y películas, que ya no parece original, ni siquiera aunque sepamos que lo fue y mucho.


Ahora, la lejanía en el tiempo casi le da el carácter de novela histórica sobre la vida americana en los años sesenta.

Con todo, sigue siendo muy interesante la coexistencia en una misma sociedad de dos mundos tan opuestos: la vida próspera, segura y respetable de los Clutter que parece tan real y el mundo de Perry y Dick, que parece tan inventado. Y, a medida que avanza la lectura, la ambivalencia y la sospecha de interrelación de ambos mundos que se ilustra por una parte, en las fisuras secretas pero inquietantes (el sufrimiento psíquico de Bonnie) de la familia “aparentemente” ideal y por otra parte, con el rescate de la simple y llana psicopatía que se opera a través de los informes psiquiátricos de los asesinos, el relato de su pasado y su infancia y la relación emocional del autor (y finalmente, también del lector), con los asesinos, sobre todo con Perry, el relato de sus apelaciones contra la Sentencia de muerte y su ejecución final. (No murieron cuatro personas en ese crimen. Fueron seis)

Además, la novela muestra eso de que la realidad supera siempre a la ficción (en riqueza de situaciones, en horror, en extrañeza ...) pero nunca nos conmueve y nos cambia tanto como su representación artística. Sólo los artistas hacen que las cosas sucedan.

Capote dedicó su novela a Harper Lee, la autora de Matar a un ruiseñor, agradece su colaboración en el trabajo de investigación. Yo diría que en la primera parte de la novela esa aportación fue muy, muy decisiva.
Consuelo