miércoles, 9 de octubre de 2013

El último encuentro


EL ÚLTIMO ENCUENTRO

Os propuse esta novela porque aunque apenas tiene intriga, y pronto sabemos de qué va todo, trata de forma intrigante temas que interesan a todos: la amistad, el amor, la traición... y la necesidad y, al mismo tiempo, la imposibilidad, de comprender completamente la verdad de nuestra vida.

Lo que me interesa de esta historia - como de todas las historias de amor – es que se hace  imposible para sus tres protagonistas. Y ni siquiera al final sabemos si es la amistad o la traición o ambas cosas las que la hicieron imposible para cada uno. Pero está bien saber que sólo por esa pasión ellos – los hombres ya ancianos - saben que no han vivido en vano.

De la mujer, Krisztina, se cuenta mucho menos, como si fuera más que el objeto amoroso, un personaje secundario, casi un pretexto platónico para el protagonismo de los hombres. Al final, se dice que ella también tenía su carácter, también le ocurrieron cosas, en un sentido diferente a como lo interpretan los hombres. Y al morir, llama a Henrik y no Konrad y el propio Henrik no lo entiende bien cuando se entera ya tarde.

Este segundo plano en que aparece en cierto modo Krisztina subraya para mí una idea que se apunta en otro lugar, la de que “... la amistad es la relación más intensa de la vida y... que por eso se presenta en tan pocas ocasiones”. Y efectivamente, en esta historia parece que la amistad se impone a la pasión. Pero además, la omisión de detalles sobre Krisztina y su mundo interior ilustra la dificultad y finalmente, la negativa de Henrik  - ¿de todo hombre? - para comprender y conocer a la mujer amada.

Aunque esto no le ocurre con Nini, la nodriza, con la que se entiende más allá de las palabras. Es muy bonito cuando de niño está tan gravemente enfermo y la hacen venir a Francia desde su tierra y cuando está mejor van juntos a Bretaña y debajo de una higuera les parece que el mar murmura como los bosques en su patria y sin decirse nada el niño y la nodriza piensan que todo está conectado en el mundo.

Me parece un acierto narrativo que aumenta la impresión de autenticidad que Henrik, primero cuando cuenta en general su vida y la juventud de los tres y luego, cuando habla a Konrad anciano, lo hace con tristeza, como si no lo entendiera todo del todo. Creo que es mas o menos vagamente, lo que nos ocurre a todos. A Nini le reconoce que sabe la realidad pero quiere la verdad y su monólogo – un tanto extraño pero propio de un anciano de esa época - responde muy bien a esa pauta.

El silencio de Konrad anciano, aparentemente frustrante, habla bien de lo que no se puede ni es necesario expresar con palabras. En cierto modo, su actitud está ya anticipada en un episodio de la juventud de ambos cuando visitan juntos a los padres de Konrad y éste le cuenta todo lo que ellos han sacrificado, lo responsable que se siente e incluso el deseo de su muerte que ha llegado a sentir. Cuando se van de esa ciudad, sintieron los dos que algo había ocurrido entre ellos. Como si uno de los dos le debiera algo al otro. Aunque todo esto no se podía precisar con palabras.

Otro aspecto interesante es la interrelación entre la historia individual de amor y la amistad traicionados e imposibles y el contexto de decadencia y fin de un mundo en el que se desarrolla: el de la nobleza y burguesía del imperio austro-húngaro que también asistió a su extinción sin comprenderla. Ese contexto por una parte explica las situaciones, la atracción de Krisztina y los límites de la amistad entre el hijo del noble guardia imperial y el brillante “advenedizo”  que nunca sería un soldado de verdad porque era diferente, Por otra parte, da muy bien el tono de conclusión, de pasado irrecuperable, de despedida a los personajes y al mundo que se va con ellos.

Es posible que eso sea también el inconveniente, una excesiva localización en el tiempo y espacio concretos que a veces presentan como trasnochadas emociones y sentimientos. No estoy segura.

En conjunto el libro tiene muchos aciertos, un estilo muy personal y una prosa llena de poesía que se lee con mucho gusto.

Pero para que Inmaculada pueda ejercer profesionalmente su análisis psicológico de caracteres y personalidades, recomiendo La herencia de Esther del mismo autor. Realmente inquietante.

Consuelo. Madrid octubre de 2013

1 comentario:

Stefan dijo...

Sandor Marai: El último Encuentro

A pesar de que haya pasado casi una semana de la reunión y en Whatsapp estamos ya con Angeles Mastretta, me gustaría opinar sobre el libro ya tratado, ‘El último Encuentro’. Supongo que a (casi) todos los participantes les gusto el libro mucho y en la ronda se decía maravillas de la capacidad de Sandor Marai de describir una situación, una emoción, un momento, su maestría en llevar al lector a su mundo, a sentir lo que sienten sus protagonistas y hacerle entender sus acciones y reacciones. Estoy totalmente de acuerdo con esta valoración. Marai es un autor exepcional y la traducción de este libro en 1998 llevó a su redescubrimiento y el auge de las obras del autor.
Pero: Sandor Marai escribió la novela en el año 1942. Este hecho cambia mi perspectiva y mi opinión respecto a su contenido. 1942 estamos en el medio de una guerra mundial atroz y los judios europeos (también en Hungría) sufren las deportaciones en masas y mueren en la maquinaria de los campos de concentración nazi. Marai, sin embargo, escribe un texto casi intimista con tres figuras y sus problemas de amistad y amor. El conflicto, del que hablan los dos viejos (en realidad solo habla uno) está situado en la época del imperio habsburgo. Esta manera de reaccionar a la realidad se veia también en algunos autores alemanes, que intentaron emigrar hacia su interior, a otra época, para no tener que marcharse de su país y de sus raices, y no protestaron contra la barbarie que les rodeaba. Bertolt Brecht, Thomas Mann, Anne Seghers, Kurt Tucholsky se fueron de Alemania cuando veian lo que se avecinaba y lucharon de fuera contra los nazis.
La novela ‘El último Encuentro de Sandor Marai es en realidad un texto que se podría heber escrito en el siglo diecinueve con un tema central de esta época. Los burgueses que adoptaron la forma de vida de la noblesa mantenian su código moral que había surgido contra los lazcivos nobles del rococó.
Estas normas les lleva a situaciones insoportables y desesperantes, cuando necesitan la comunicación par solucionar problemas. Ellos no pueden, no saben, no se atreven comunicarse, hablar. Un tema muy interesante, una novela excepcionalmente bien escrita, pero imperdonable para el año 1942.